
Cuando el negocio bajaba, soltaba un globo, al flotar en el aire, se reunía una nueva multitud niños compradores y su negocio se fortalecía por unos minutos.
Alternaba los colores, primero uno blanco, luego uno rojo y después uno amarillo. Al cabo de un tiempo, un pequeño niño negro le tiro de la manga del saco, miró al vendedor a los ojos y le preguntó:
"Señor, si suelta un globo negro, ¿subiría?
El vendedor de globos miró al pequeño y con compasión, sabiduría y comprensión le dijo:
"Hijo, lo que los hace subir es lo que está adentro de ellos"
Ciertamente el niño tuvo la fortuna de encontrar a una persona que veía no solo con sus ojos.
La persona que puede ver con el corazón, también puede alcanzar a tocar el espíritu dentro de otro ser humano y revelar lo bueno que hay en su interior.
El vendedor de globos tenía razón:
LO QUE ESTÁ DENTRO DE TUYO, ES LO QUE TE HARÁ SUBIR.
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