viernes, 4 de diciembre de 2009

Parece mentira


Por Claudia Karabaic*
Estudios estadísticos muestran que el 5% de la población infantil sufre o sufrió en algún momento depresión.
La depresión es una enfermedad psíquica siendo en general más frecuente en adultos que en niños.En la infancia pueden existir situaciones que provocan depresión, tales como conflictos familiares, separaciones, divorcios, pérdidas, etc. Muchos niños se ven obligados a enfrentar situaciones que les generan inseguridades, estrés, presiones, angustia y consecuentemente se ve reflejado en el ámbito escolar y familiar.Muchos padres vienen al consultorio diciendo mi hijo está triste, llora, se aisla, no juega con sus compañeros o amigos, y terminan preguntándonos si puede estar sufriendo depresión.
Cuando un niño muestra cambios significativos en la conducta, hay que preguntarse ¿qué le está pasando? y ¿cómo podemos ayudarlo?Primero no ignorando los síntomas de la depresión:
-Tristeza, aislamiento, melancolía, falta de interés por los juegos preferidos, desatención y aburrimiento en la escuela, falta de energía y concentración, mayor sensibilidad al fracaso y a la frustración, desinterés generalizado por quienes lo rodean (compañeros y amigos), baja autoestima, trastornos del sueño, falta de comunicación, estados regresivos asociado al lenguaje, y otros síntomas que denoten una conducta atípica en el niño-.
Segundo quienes están a cargo de la crianza del niño deben estar atentos a los cambios de conducta, deberán preguntarle que le está pasando y deberán tratar de entender la situación y apoyarlos a superarla.También es importante y necesario poder establecer límites al niño, que él pueda apreciar hasta donde es su alcance y donde termina y por qué.
Otro punto a tener en cuenta es, si el niño está atravesando alguna situación de estrés como por ejemplo: violencia familiar o escolar, cambios drásticos en la casa o la escuela, etc.Cuando los síntomas antes mencionados se solidifica en un niño, es necesario consultar con un profesional en salud mental especializado en niños, como puede ser un psicólogo. La detección temprana y el tratamiento son esenciales para estos niños en riesgo.


* Psicóloga Miembro de REDBA – Red Asistencial de Buenos Aires (Asistencia y Docencia en Salud Mental) – Coordinadora Ateneos Clínicos** Texto publicado en la web de REDBA: http://www.redba.com.ar/


NOTA: Claudia Karabaic fue una de mis profesoras en el cuatrimestre de AT Niños.
.

La frase para meditar del día.


La verdad se detiene

en la inteligencia;

la belleza llega

hasta el corazón

viernes, 4 de diciembre de 2009

Parece mentira


Por Claudia Karabaic*
Estudios estadísticos muestran que el 5% de la población infantil sufre o sufrió en algún momento depresión.
La depresión es una enfermedad psíquica siendo en general más frecuente en adultos que en niños.En la infancia pueden existir situaciones que provocan depresión, tales como conflictos familiares, separaciones, divorcios, pérdidas, etc. Muchos niños se ven obligados a enfrentar situaciones que les generan inseguridades, estrés, presiones, angustia y consecuentemente se ve reflejado en el ámbito escolar y familiar.Muchos padres vienen al consultorio diciendo mi hijo está triste, llora, se aisla, no juega con sus compañeros o amigos, y terminan preguntándonos si puede estar sufriendo depresión.
Cuando un niño muestra cambios significativos en la conducta, hay que preguntarse ¿qué le está pasando? y ¿cómo podemos ayudarlo?Primero no ignorando los síntomas de la depresión:
-Tristeza, aislamiento, melancolía, falta de interés por los juegos preferidos, desatención y aburrimiento en la escuela, falta de energía y concentración, mayor sensibilidad al fracaso y a la frustración, desinterés generalizado por quienes lo rodean (compañeros y amigos), baja autoestima, trastornos del sueño, falta de comunicación, estados regresivos asociado al lenguaje, y otros síntomas que denoten una conducta atípica en el niño-.
Segundo quienes están a cargo de la crianza del niño deben estar atentos a los cambios de conducta, deberán preguntarle que le está pasando y deberán tratar de entender la situación y apoyarlos a superarla.También es importante y necesario poder establecer límites al niño, que él pueda apreciar hasta donde es su alcance y donde termina y por qué.
Otro punto a tener en cuenta es, si el niño está atravesando alguna situación de estrés como por ejemplo: violencia familiar o escolar, cambios drásticos en la casa o la escuela, etc.Cuando los síntomas antes mencionados se solidifica en un niño, es necesario consultar con un profesional en salud mental especializado en niños, como puede ser un psicólogo. La detección temprana y el tratamiento son esenciales para estos niños en riesgo.


* Psicóloga Miembro de REDBA – Red Asistencial de Buenos Aires (Asistencia y Docencia en Salud Mental) – Coordinadora Ateneos Clínicos** Texto publicado en la web de REDBA: http://www.redba.com.ar/


NOTA: Claudia Karabaic fue una de mis profesoras en el cuatrimestre de AT Niños.
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La frase para meditar del día.


La verdad se detiene

en la inteligencia;

la belleza llega

hasta el corazón