La entrada valía cinco dólares para niños menores de 5 años y diez para los mayores de 5 años.
Cuando se acercó a la entrada, el boletero le preguntó la edad de los niños.
El hombre respondió "Tres y seis años".
El boletero le replicó: Usted es lento?
Me ha podido decir que tiene tres y cinco años y pagar sólo la tarifa de cinco dólares.
Ahora que me dijo la verdadera edad de sus hijos, tendré que cobrarle más. Acaso alguien se habría dado cuenta ?
El padre le respondió: "Sí, mis hijos".
"Toda nuestra prédica pública
se hace triza
delante de nuestra actitud en privado"