El otro día tuve que escuchar un anuncio hecho por una persona en público, con todo respeto presté la atención solicitada, al poco rato me estaba acomodando en un asiento esperando a que termine... y no terminaba jajaj!! La cuestión es que me puse a pensar por qué, si el tema era interesante no soportaba seguir escuchando. Simplemente ya había transmitido el mensaje y me molestaba mucho el círculo a modo de repetición se cerraba una y otra vez . miércoles, 15 de julio de 2009
¿Te das por aludido?
El otro día tuve que escuchar un anuncio hecho por una persona en público, con todo respeto presté la atención solicitada, al poco rato me estaba acomodando en un asiento esperando a que termine... y no terminaba jajaj!! La cuestión es que me puse a pensar por qué, si el tema era interesante no soportaba seguir escuchando. Simplemente ya había transmitido el mensaje y me molestaba mucho el círculo a modo de repetición se cerraba una y otra vez . Despues no nos quejemos.

Queremos tener hijos modelos pero...
¿Somos acaso nosotros buenos modelos a seguir?
Queremos tener hijos ejemplares pero...
¿Damos buen ejemplo en todo cuanto hacemos y decimos?
Queremos tener hijos inobjetables pero...
¿Resistimos cuando tenemos a nuestros hijos como observadores?
Queremos tener hijos obedientes pero...
¿Obedecemos nosotros los principios básicos de convivencia?
Queremos hijos respetuosos de sus maestros y profesores pero...
¿Cómo reaccionamos cuando ellos los amonestan?
Hoy la palabra respeto ha pasado a deshuso.
Es, en muchos casos, solo eso, una palabra.
No respetamos a los ancianos, a los mayores, a los padres, a los hijos. No respetamos las autoridades que nosotros mismos elegimos, no respetamos a los maestros, a los directores.
Esta cadena la venimos repitiendo casi sistemáticamente en las diferentes áreas de nuestras vidas, la familiar, social, la laboral, la estudiantil.
Mientras tanto todo el peso sigue cayendo sobre los más chicos.
Nadie escapa de ella, pero.. ¿hay vuelta atrás?
.
miércoles, 15 de julio de 2009
¿Te das por aludido?
El otro día tuve que escuchar un anuncio hecho por una persona en público, con todo respeto presté la atención solicitada, al poco rato me estaba acomodando en un asiento esperando a que termine... y no terminaba jajaj!! La cuestión es que me puse a pensar por qué, si el tema era interesante no soportaba seguir escuchando. Simplemente ya había transmitido el mensaje y me molestaba mucho el círculo a modo de repetición se cerraba una y otra vez . Despues no nos quejemos.

Queremos tener hijos modelos pero...
¿Somos acaso nosotros buenos modelos a seguir?
Queremos tener hijos ejemplares pero...
¿Damos buen ejemplo en todo cuanto hacemos y decimos?
Queremos tener hijos inobjetables pero...
¿Resistimos cuando tenemos a nuestros hijos como observadores?
Queremos tener hijos obedientes pero...
¿Obedecemos nosotros los principios básicos de convivencia?
Queremos hijos respetuosos de sus maestros y profesores pero...
¿Cómo reaccionamos cuando ellos los amonestan?
Hoy la palabra respeto ha pasado a deshuso.
Es, en muchos casos, solo eso, una palabra.
No respetamos a los ancianos, a los mayores, a los padres, a los hijos. No respetamos las autoridades que nosotros mismos elegimos, no respetamos a los maestros, a los directores.
Esta cadena la venimos repitiendo casi sistemáticamente en las diferentes áreas de nuestras vidas, la familiar, social, la laboral, la estudiantil.
Mientras tanto todo el peso sigue cayendo sobre los más chicos.
Nadie escapa de ella, pero.. ¿hay vuelta atrás?
.
