viernes, 3 de septiembre de 2010

Qué semana de lluvia

Nuestro clima cada vez está más loco, eso no es noticia, pero la verdad que esta semana entre la lluvia y el viento se unieron en lo que se llama en Buenos Aires "sudestada", vientos del sud-este que provocan que el torrente de la cuenca del Río de La Plata no pueda llegar con facilidad al mar, no solo estancándose sino retornando. O sea, para los que nos son argentinos, el río vuelve y por consiguiente en las zonas más bajas comienza a salir por aquellos sumideros que se ven taponados por el caudal que no puede llegar al mar.
Increíble, pero es parte de nuestro clima. Acostumbrarse no es fácil , pues si esto dura mucho tiempo el agua, al salir ocupa la tierra más baja, esté habitada o no. Así, lugares céntricos de nuestra capital se vieron inundadas de agua de río, como así también los barrios que rodean al Río de la Plata, varios cientos de metros fuera del mismo.
Algunos habitantes tuvieron que ser evacuados otros se quedan cuidando sus pertenencias por miedo al vandalismo. Tantos los unos como los otros han sufrido estos días de frío el castigo de la naturaleza, que lentamente iba bañando con sus aguas amarronadas los diferentes barrios.
Hoy el tiempo nos dio un respiro, los vientos mermaron y el agua bajó. Buenas noticias para los que deben retornar a sus hogares.
Así es Buenos Aires y su clima, cuesta acostumbrarse a esto y nadie quiere acostumbrarse tampoco, seamos sinceros. De vez en cuando el río y el viento se unen en una sociedad "cuasi ilegal" contra la ribera y se despachan a su antojo por unos días.

Gracias a Dios, parece que está cambiando.

La frase para meditar del día


viernes, 3 de septiembre de 2010

Qué semana de lluvia

Nuestro clima cada vez está más loco, eso no es noticia, pero la verdad que esta semana entre la lluvia y el viento se unieron en lo que se llama en Buenos Aires "sudestada", vientos del sud-este que provocan que el torrente de la cuenca del Río de La Plata no pueda llegar con facilidad al mar, no solo estancándose sino retornando. O sea, para los que nos son argentinos, el río vuelve y por consiguiente en las zonas más bajas comienza a salir por aquellos sumideros que se ven taponados por el caudal que no puede llegar al mar.
Increíble, pero es parte de nuestro clima. Acostumbrarse no es fácil , pues si esto dura mucho tiempo el agua, al salir ocupa la tierra más baja, esté habitada o no. Así, lugares céntricos de nuestra capital se vieron inundadas de agua de río, como así también los barrios que rodean al Río de la Plata, varios cientos de metros fuera del mismo.
Algunos habitantes tuvieron que ser evacuados otros se quedan cuidando sus pertenencias por miedo al vandalismo. Tantos los unos como los otros han sufrido estos días de frío el castigo de la naturaleza, que lentamente iba bañando con sus aguas amarronadas los diferentes barrios.
Hoy el tiempo nos dio un respiro, los vientos mermaron y el agua bajó. Buenas noticias para los que deben retornar a sus hogares.
Así es Buenos Aires y su clima, cuesta acostumbrarse a esto y nadie quiere acostumbrarse tampoco, seamos sinceros. De vez en cuando el río y el viento se unen en una sociedad "cuasi ilegal" contra la ribera y se despachan a su antojo por unos días.

Gracias a Dios, parece que está cambiando.

La frase para meditar del día