Aquellos adolescentes que se llevaron materias a partir de mañana lunes comienzan a desfilar nuevamente por las mesas examinadoras.
Por supuesto tuve esa experiencia más de una vez. Sinceramente nunca estuve en el extremo de necesitar sí o sí dar una materia para pasar de año, mi experiencia terminó en febrero del cuarto año, los dos siguientes años del secundario (6, porque estudié en un industrial) pude sentir la tranquilidad de las vacaciones de verano.
Tengo la oportunidad de charlas con los adolescentes compañeras/os de mi hija que vienen a casa y como si fuera una "contante" observo la poca voluntad o empeño, o esfuerzo, o pilas, o pongamos el calificativo que más nos guste, para describir el desgano que los rodea. Por supuesto no estoy reflexionando a modo de "Crítica", sino porque necesito descubrir qué los lleva a abandonarse todo el año a la suerte, o no, para zafar de las materias, una cosa es llevarse dos, tes, materias pero ¿ocho? En mi testeo comprobé que varios de ellos tienen problemas familiares densos, pero a la vez un caso, con el mismo problema solo se lleva una materia.
La mirada aguda de los padres es fundamental, el ojo sagaz, la experiencia de lo vivido puede ahorrarles muchos innecesarios momentos tristes. La perspectiva ayuda a dar sentido a la visión.
Si un adolescente se acerca a hablarte, tené por seguro que ya es un logro.
Continuará.