jueves, 27 de noviembre de 2008

Aprender a escuchar.

Cada día nos llega por correo electrónico cantidades de propagandas, algunas tardan un segundo en ir a la papelera, otras a lo mejor nos llaman la atención, como chistes, presentaciones y las pasamos a nuestros contactos. Hace un tiempo vienen dando vueltas por los buzones propagandas sobre seminarios con temas varios, ente ellos: Cómo liderar, Cómo abrir una Pyme, Cómo armar y desarmar "algo", Cómo ... Cómo y cómo. A mí en particular, me llama la atención aquellos referidos a Reflexionar. Leía atentamente uno que proponía enseñarte a cómo responder ante diferentes circunstancias de la vida cotidiana: nacimientos, muertes, casamientos, enfermedades. Me pareció interesante, por supuesto solo leí lo que se enviaba, no accedí a ningún curso. Coincido plenamente con algunos de los puntos de estas propagandas, como ser: Rescatar el espacio de la reflexión. Aprender a escuchar, no solamente oír. Aprender a cuidar al otro, sabiendo que nuestra palabra tiene poder para levantar o destruir. Aprender a consolar, desde el sentimiento genuino, desde el corazón. Aprender a disciplinar, desde el amor y la razón. Y repito a propósito la palabra Aprender. Pareciera que cuando llegamos a una cierta edad, no tenemos ganas ni tiempo, ni por qué seguir aprendiendo nada. Lo vemos diariamente en actitudes propias o de quienes nos rodean. Como dicen los chicos, ¡me las sé todas! Por supuesto que la grandeza de una persona no se mide en lo que sabe, sino en cómo administra la sabiduría que tiene. Otra cosa que noté hace tiempo, es la reacción del cuerpo ante conflictos no solucionados o etapas mal desarrolladas o momentos de la vida que no se pudieron sobrellevar. El cuerpo sufre , se enferma, se duele, se muere. En particular, la ansiedad, los nervios, me roban la alegría. Ese robo, más que robo es un hurto, no me doy cuenta. Y así pueden haber miles de ejemplos. Les comparto una nota del Dr. Dráuzio Varella (si buscan en Google, lo encontrarán) con sencillos consejos, a veces, muy difíciles de poner por obra.

Si no se quiere enfermar…
…Hable de Sus Sentimientos.
Emociones y sentimientos que son escondidos, reprimidos, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros “secretos”, nuestros errores!… El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia!
…Tome Decisiones.
La persona indecisa permanece en duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana es hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.
…Busque Soluciones.
Personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo. Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.
No Viva de Apariencias.
Quien esconde la realidad finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etc., está acumulando toneladas de peso… Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.
Acéptese.
El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a si mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.
Confie.
Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relación. La desconfianza es falta de fe en sí, en los otros y en Dios.
…No Viva Siempre Triste.
El bueno humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive.
“El buen humor nos salva de las manos del doctor”.
La alegría es salud y terapia.


Espero que les haya servido.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Aprender a escuchar.

Cada día nos llega por correo electrónico cantidades de propagandas, algunas tardan un segundo en ir a la papelera, otras a lo mejor nos llaman la atención, como chistes, presentaciones y las pasamos a nuestros contactos. Hace un tiempo vienen dando vueltas por los buzones propagandas sobre seminarios con temas varios, ente ellos: Cómo liderar, Cómo abrir una Pyme, Cómo armar y desarmar "algo", Cómo ... Cómo y cómo. A mí en particular, me llama la atención aquellos referidos a Reflexionar. Leía atentamente uno que proponía enseñarte a cómo responder ante diferentes circunstancias de la vida cotidiana: nacimientos, muertes, casamientos, enfermedades. Me pareció interesante, por supuesto solo leí lo que se enviaba, no accedí a ningún curso. Coincido plenamente con algunos de los puntos de estas propagandas, como ser: Rescatar el espacio de la reflexión. Aprender a escuchar, no solamente oír. Aprender a cuidar al otro, sabiendo que nuestra palabra tiene poder para levantar o destruir. Aprender a consolar, desde el sentimiento genuino, desde el corazón. Aprender a disciplinar, desde el amor y la razón. Y repito a propósito la palabra Aprender. Pareciera que cuando llegamos a una cierta edad, no tenemos ganas ni tiempo, ni por qué seguir aprendiendo nada. Lo vemos diariamente en actitudes propias o de quienes nos rodean. Como dicen los chicos, ¡me las sé todas! Por supuesto que la grandeza de una persona no se mide en lo que sabe, sino en cómo administra la sabiduría que tiene. Otra cosa que noté hace tiempo, es la reacción del cuerpo ante conflictos no solucionados o etapas mal desarrolladas o momentos de la vida que no se pudieron sobrellevar. El cuerpo sufre , se enferma, se duele, se muere. En particular, la ansiedad, los nervios, me roban la alegría. Ese robo, más que robo es un hurto, no me doy cuenta. Y así pueden haber miles de ejemplos. Les comparto una nota del Dr. Dráuzio Varella (si buscan en Google, lo encontrarán) con sencillos consejos, a veces, muy difíciles de poner por obra.

Si no se quiere enfermar…
…Hable de Sus Sentimientos.
Emociones y sentimientos que son escondidos, reprimidos, terminan en enfermedades como: gastritis, úlcera, dolores lumbares, dolor en la columna. Con el tiempo, la represión de los sentimientos degenera hasta el cáncer. Entonces, vamos a sincerar, confidenciar, compartir nuestra intimidad, nuestros “secretos”, nuestros errores!… El diálogo, el hablar, la palabra, es un poderoso remedio y una excelente terapia!
…Tome Decisiones.
La persona indecisa permanece en duda, en la ansiedad, en la angustia. La indecisión acumula problemas, preocupaciones, agresiones. La historia humana es hecha de decisiones. Para decidir es preciso saber renunciar, saber perder ventajas y valores para ganar otros. Las personas indecisas son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y problemas de la piel.
…Busque Soluciones.
Personas negativas no consiguen soluciones y aumentan los problemas. Prefieren la lamentación, la murmuración, el pesimismo. Mejor es encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Una abeja es pequeña, pero produce lo más dulce que existe. Somos lo que pensamos. El pensamiento negativo genera energía negativa que se transforma en enfermedad.
No Viva de Apariencias.
Quien esconde la realidad finge, hace poses, quiere siempre dar la impresión de estar bien, quiere mostrarse perfecto, bonachón, etc., está acumulando toneladas de peso… Una estatua de bronce con pies de barro. Nada peor para la salud que vivir de apariencias y fachadas. Son personas con mucho barniz y poca raíz. Su destino es la farmacia, el hospital, el dolor.
Acéptese.
El rechazo de sí mismo, la ausencia de autoestima, hace que nos volvamos ajenos de nosotros mismos. Ser uno mismo es el núcleo de una vida saludable. Quienes no se aceptan a si mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos. Aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y terapia.
Confie.
Quien no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, no crea relaciones estables y profundas, no sabe hacer amistades verdaderas. Sin confianza, no hay relación. La desconfianza es falta de fe en sí, en los otros y en Dios.
…No Viva Siempre Triste.
El bueno humor, la risa, el reposo, la alegría, recuperan la salud y traen larga vida. La persona alegre tiene el don de alegrar el ambiente donde vive.
“El buen humor nos salva de las manos del doctor”.
La alegría es salud y terapia.


Espero que les haya servido.