viernes, 16 de enero de 2009

Fabula de Esopo.

Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña.
Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra.
El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido.
Los cazadores no comprendieron la señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra. La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada.
Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió:
-
Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.

No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras.
.

Un poco de conocimiento

La Mayor edad del cuerpo humano:
La mayor edad del cuerpo humano NO es LA EDAD DE SU ÚLTIMO CUMPLEAÑOS
Los diversos componentes del cuerpo humano tienen diferentes edades y no todo nuestro cuerpo lleva la edad de nuestro último cumpleaños. Solamente las neuronas del cerebro y del sistema nervioso tienen la edad desde que se empezó a formar el cuerpo en el seno de nuestra madre.
En promedio de todos los componentes, nuestro cuerpo puede tener una edad balanceada de aproximadamente de ocho a diez años.
Así por ejemplo, cada tres días tenemos un estómago con su recubrimiento totalmente nuevo; cada cinco días nuestro intestino estrena nuevas células epiteliales que lo recubren; cada quince días la gente que nos mira ve a otra persona, pues nuestra piel ha sido cambiada por otra nueva totalmente nueva; y nuestros esforzados transportistas, los glóbulos rojos, no pasan de cuatro meses de agotadores trabajos; entre cada 12 a 17 meses estrenamos hígado; y que decir de nuestras "varillas de construcción", el esqueleto, que anda por los diez años de duración.
Así pues, cada día, en cuanto a la "maquinaria" se refiere, somos una diferente persona a la del día anterior. En cuanto a la "personalidad", la mantenemos prácticamente igual todos los días gracias a que las neuronas, que rigen nuestro cerebro y nuestros pensamientos, y que guardan nuestra inteligencia, conocimientos, recuerdos, modo de ser, etc., sí se mantienen sin cambio y nos acompañarán durante toda la vida. Y muchas de las neuronas que por alguna razón mueren en el camino, no serán nunca sustituídas, pero ellas son una ínfima minoría entre las decenas de miles de millones que poseemos, por lo que prácticamente no notaremos su falta.

viernes, 16 de enero de 2009

Fabula de Esopo.

Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña.
Casi de inmediato llegaron los cazadores, y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra.
El leñador, con la voz les dijo que no, pero con su mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido.
Los cazadores no comprendieron la señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra. La zorra al verlos marcharse, salió sin decir nada.
Le reprochó el leñador por qué a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias, a lo que la zorra respondió:
-
Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.

No niegues con tus actos, lo que pregonas con tus palabras.
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Un poco de conocimiento

La Mayor edad del cuerpo humano:
La mayor edad del cuerpo humano NO es LA EDAD DE SU ÚLTIMO CUMPLEAÑOS
Los diversos componentes del cuerpo humano tienen diferentes edades y no todo nuestro cuerpo lleva la edad de nuestro último cumpleaños. Solamente las neuronas del cerebro y del sistema nervioso tienen la edad desde que se empezó a formar el cuerpo en el seno de nuestra madre.
En promedio de todos los componentes, nuestro cuerpo puede tener una edad balanceada de aproximadamente de ocho a diez años.
Así por ejemplo, cada tres días tenemos un estómago con su recubrimiento totalmente nuevo; cada cinco días nuestro intestino estrena nuevas células epiteliales que lo recubren; cada quince días la gente que nos mira ve a otra persona, pues nuestra piel ha sido cambiada por otra nueva totalmente nueva; y nuestros esforzados transportistas, los glóbulos rojos, no pasan de cuatro meses de agotadores trabajos; entre cada 12 a 17 meses estrenamos hígado; y que decir de nuestras "varillas de construcción", el esqueleto, que anda por los diez años de duración.
Así pues, cada día, en cuanto a la "maquinaria" se refiere, somos una diferente persona a la del día anterior. En cuanto a la "personalidad", la mantenemos prácticamente igual todos los días gracias a que las neuronas, que rigen nuestro cerebro y nuestros pensamientos, y que guardan nuestra inteligencia, conocimientos, recuerdos, modo de ser, etc., sí se mantienen sin cambio y nos acompañarán durante toda la vida. Y muchas de las neuronas que por alguna razón mueren en el camino, no serán nunca sustituídas, pero ellas son una ínfima minoría entre las decenas de miles de millones que poseemos, por lo que prácticamente no notaremos su falta.