lunes, 4 de mayo de 2009

Influencia de los Medios de Comunicación en la Familia

Un antigua programa de televisión de los años '70 tenía como slogan "No hay nada como la familia unita". La imagen presentaba a una familia muy numerosa, sentada a la mesa en medio de discusiones, comentarios varios y ravioles, el padre de familia estaba "orgulloso de su familia" la que compartía risas llantos, la que estaba siempre en las buenas y en las malas. Era la familia que ese matrimonio pudo construir con sus aciertos y fracasos. En ese enorme comedor, a veces el patio no había lugar para el televisor.


Es cierto los años pasaron y dejamos atrás los ejemplos de familia Unida para acercarnos al tipo de familia en la que todos están ocupados, los ´padres en sus tareas que les ocupan todo el día, los hijos atareadísimos y a
veces solos, muy solos. Claro que tienen contratada una niñera especial que siempre está dispuesta a entretenerlos que funciona las 24 horas al da sin parar y que les enseña " de qué se trata la vida" La Televisión. Si somos honestos, sabemos que este aparato atrapa a los niños pero también a los padres que al llegar a sus casas muy cansados y aturdidos por el arduo trabajo se sientan frente al televisor buscando "algo" que los distraiga.

Y es allí en ese preciso momento tal vez en un estado de vulnerabilidad aparecen múltiples escenas en las que quedamos atrapados como una verdadera telaraña.
Comienzan a aparecer maravillosos mundos, increíbles paisajes, mujeres y hombres perfectos y lo más apasionante es que está al alcance de la mano, todo muy fácil.

De eso se trata la publicidad. De convencernos de que lo importante es tener, tener y tener más, más y más.

Los mensajes que abundan dejan de lado el compromiso y el esfuerzo que implican poder vivir dignamente. Abundan los dobles mensajes. Ante éste panorama qué podemos hacer para especialmente, resguardar a nuestros niños y en definitiva a nuestra familia de esta ola consumista?

Algunas recomendaciones:
- No pasar tantas horas frente al televisor.

- No usar la televisión como niñera.

- Hacernos cargo de nuestros compromisos como adultos.

- Construir un hogar donde se pueda conversa y compartir, disentir o discutir con respeto. Intercambiamos opiniones, esperamos el turno para hablar, ampliamos nuestro vocabulario, tan escaso en estos tiempos,.

- Analizar los mensajes publicitarios a través de preguntas sencillas ¿qué quieren vendernos? ¡qué mensaje utilizan para hacerlo? ¿qué valores propone como estilo de vida? etc.

- Distinguir entre deseo y necesidad.

- No olvidarnos de inculcar a los niños el valor del trabajo y del esfuerzo para obtener cosas que necesitamos para subsistir.

- Ser comprometidos con nuestras responsabilidades ubicándonos en el rol que tenemos en cada etapa de la vida.


Tomado de: Jornada para Padres, Licenciada Isabel Espósito de Goncálvez.

lunes, 4 de mayo de 2009

Influencia de los Medios de Comunicación en la Familia

Un antigua programa de televisión de los años '70 tenía como slogan "No hay nada como la familia unita". La imagen presentaba a una familia muy numerosa, sentada a la mesa en medio de discusiones, comentarios varios y ravioles, el padre de familia estaba "orgulloso de su familia" la que compartía risas llantos, la que estaba siempre en las buenas y en las malas. Era la familia que ese matrimonio pudo construir con sus aciertos y fracasos. En ese enorme comedor, a veces el patio no había lugar para el televisor.


Es cierto los años pasaron y dejamos atrás los ejemplos de familia Unida para acercarnos al tipo de familia en la que todos están ocupados, los ´padres en sus tareas que les ocupan todo el día, los hijos atareadísimos y a
veces solos, muy solos. Claro que tienen contratada una niñera especial que siempre está dispuesta a entretenerlos que funciona las 24 horas al da sin parar y que les enseña " de qué se trata la vida" La Televisión. Si somos honestos, sabemos que este aparato atrapa a los niños pero también a los padres que al llegar a sus casas muy cansados y aturdidos por el arduo trabajo se sientan frente al televisor buscando "algo" que los distraiga.

Y es allí en ese preciso momento tal vez en un estado de vulnerabilidad aparecen múltiples escenas en las que quedamos atrapados como una verdadera telaraña.
Comienzan a aparecer maravillosos mundos, increíbles paisajes, mujeres y hombres perfectos y lo más apasionante es que está al alcance de la mano, todo muy fácil.

De eso se trata la publicidad. De convencernos de que lo importante es tener, tener y tener más, más y más.

Los mensajes que abundan dejan de lado el compromiso y el esfuerzo que implican poder vivir dignamente. Abundan los dobles mensajes. Ante éste panorama qué podemos hacer para especialmente, resguardar a nuestros niños y en definitiva a nuestra familia de esta ola consumista?

Algunas recomendaciones:
- No pasar tantas horas frente al televisor.

- No usar la televisión como niñera.

- Hacernos cargo de nuestros compromisos como adultos.

- Construir un hogar donde se pueda conversa y compartir, disentir o discutir con respeto. Intercambiamos opiniones, esperamos el turno para hablar, ampliamos nuestro vocabulario, tan escaso en estos tiempos,.

- Analizar los mensajes publicitarios a través de preguntas sencillas ¿qué quieren vendernos? ¡qué mensaje utilizan para hacerlo? ¿qué valores propone como estilo de vida? etc.

- Distinguir entre deseo y necesidad.

- No olvidarnos de inculcar a los niños el valor del trabajo y del esfuerzo para obtener cosas que necesitamos para subsistir.

- Ser comprometidos con nuestras responsabilidades ubicándonos en el rol que tenemos en cada etapa de la vida.


Tomado de: Jornada para Padres, Licenciada Isabel Espósito de Goncálvez.