
Ley 11544
Art. 2º - La jornada de trabajo nocturno no podrá exceder de siete horas, entendiéndose como tal la comprendida entre las veintiuna y las seis horas. Cuando el trabajo deba realizarse en lugares insalubres en los cuales la viciación del aire o su compresión, emanaciones o polvos tóxicos permanentes, pongan en peligro la salud de los obreros ocupados, la duración del trabajo no excederá de 6 horas diarias o 36 semanales.
Hasta aquí, solo un artículo. Ahora bien, ¿que hacemos cuando nuestro ambiente laboral no tiene ni vaciación del aire, no emanaciones o polvos tóxicos permanentes pero hay jefes, líderes de grupos, gerentes etc, que viven haciéndonos la jornada imposible?
Recuerdo un trabajo en particular donde la jornada se desarrollaba en una tolerante paz hasta que... hasta que aparecía uno de los jefes. Uno que se encargaba con su sola presencia de partir en pedazos esa tranquilidad. No había mal trato, nunca lo hubo pero tenía el don, talento , virtud o defecto de ponernos a todos nerviosos. Esa tranquilidad era productiva, nadie dejaba de trabajar por estar sin este jefe, al contrario. Lo cierto es que los demás jefes que ya estaban cuando este llegaba también eran de alguna manera, afectados por ese arrebatamiento de la tranquilidad.
Se me ocurre que si hoy nos pusiéramos a hacer una lista de trabajos insalubres deberíamos poner en primer lugar a los personajes que con su sola presencia nos perjudican la salud mental y emocional y por ende la física. De vez en cuando me daba una hermosa faringitis que me tiraba en cama con 39 de fiebre, considero que era mi manera de cablearme a tierra y dejar por unas horas de respirar la nube toxica que emanaba de su carácter.
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