jueves, 18 de marzo de 2010

Cuál me refleja.

Si observa el modo en que las personas enfocan el proceso de planificación del viaje de la vida, pienso que verá que se ajustan a estas categorías:


Vicente, la víctima: Es muy presto a decir que no es culpa suya el hecho de no ir a ninguna parte en la vida. No hace planes porque ocupa su tiempo y energías en cosas que quedan fuera de su control, muchas veces cosas del pasado. Frecuentemente culpa a otros por su falta de progreso y parece estar más preocupado en la búsqueda de excusas que en captar las oportunidades de progreso. En su opinión, todos los demás y todo lo demás--y no él--lo han convertido en lo que es actualmente.


Federico, pies lerdos: A Federico no le preocupa demasiado el pasado y no quiere pensar en el futuro. Su interés es el presente. En efecto, ama tanto el presente que está dispuesto a hacer casi todo para mantener el status quo.
Aborrece los cambios y los evita a toda costa. Si hace planes, son para mantener las cosas tal como están.


Débora, la soñadora: A Débora le encanta hacer planes, y pasa en eso la mayor parte de su tiempo. El problema es que nunca lleva sus planes a la acción.

A menudo tiene grandes ideas y dice que quiere tener éxito, pero no quiere enfrentar ningún riesgo. No está dispuesta a pagar el precio requerido para avanzar en el viaje del éxito.


Miguel, el motivado: Finalmente tenemos a Miguel.

Enfoca la mayor parte de su tiempo en el presente, y hace lo mejor para maximizar su potencial. Pero una razón por la que es tan efectivo hoy es porque ayer pasó parte de su tiempo haciendo planes. Como resultado, se ha concentrado en su propósito, crece hacia su potencial y está sembrando semillas que beneficien a otros con el flujo positivo de su vida.

Tomado de Maxwell, J. C. 2003; 2003. El mapa para alcanzar el éxito . Thomas Nelson, Inc.


¿Qué esperamos para tomar las riendas de nuestras vidas?
¿Acaso pensamos que si los demás lo hacen por nosotros será mejor?
Luego no te quejes.

Cuando mi trabajo habla de mi.

Después de años de trabajar en Roma, en esculturas de tamaño natural, Miguel Ángel fue a Florencia donde un gran bloque de mármol de Carrara de un blanco espléndido, había sido obtenido para una estatua colosal. En semanas él firmó un acuerdo para completar su interpretación de David para la catedral. Con el contrato en mano, comenzó de inmediato, trabajando con tal energía que a menudo dormía con sus ropas puestas, molestándole el tiempo que tomaba quitárselas y ponérselas de nuevo. Examinó sin faltas y midió a precisión el mármol para ver qué pose podría acomodar. Hizo bosquejos de posibles actitudes y con cuidado, trazó dibujos detallados de modelos. El probó sus ideas a pequeña escala con cera. Cuando al fin quedó satisfecho con su diseño, levantó su cincel y mazo.

Miguel Ángel planeó pintar el techo de la Capilla Sextina con la misma intensidad. Apenas le tomó un mes para desarrollar el tema, luego se lanzó con furor hacia el diseño final, construyendo andamios y contratando ayudantes. Acostándose en ángulos incómodos sobre duras tablas, respirando el sofocante aire que estaba justo debajo de la cripta, el polvo del yeso irritando sus ojos y piel, pasó la mayoría de los siguientes cuatro años, literalmente transpirando en angustia física mientras trabajaba.

La obra de cualquier hombre ya sea literatura, música, pintura, arquitectura o cualquier cosa, siempre es un retrato de si mismo.


La frase para meditar del día.

Componer no es difícil,
lo complicado es dejar caer
bajo la mesa las notas superfluas.
Johannes Brahms


jueves, 18 de marzo de 2010

Cuál me refleja.

Si observa el modo en que las personas enfocan el proceso de planificación del viaje de la vida, pienso que verá que se ajustan a estas categorías:


Vicente, la víctima: Es muy presto a decir que no es culpa suya el hecho de no ir a ninguna parte en la vida. No hace planes porque ocupa su tiempo y energías en cosas que quedan fuera de su control, muchas veces cosas del pasado. Frecuentemente culpa a otros por su falta de progreso y parece estar más preocupado en la búsqueda de excusas que en captar las oportunidades de progreso. En su opinión, todos los demás y todo lo demás--y no él--lo han convertido en lo que es actualmente.


Federico, pies lerdos: A Federico no le preocupa demasiado el pasado y no quiere pensar en el futuro. Su interés es el presente. En efecto, ama tanto el presente que está dispuesto a hacer casi todo para mantener el status quo.
Aborrece los cambios y los evita a toda costa. Si hace planes, son para mantener las cosas tal como están.


Débora, la soñadora: A Débora le encanta hacer planes, y pasa en eso la mayor parte de su tiempo. El problema es que nunca lleva sus planes a la acción.

A menudo tiene grandes ideas y dice que quiere tener éxito, pero no quiere enfrentar ningún riesgo. No está dispuesta a pagar el precio requerido para avanzar en el viaje del éxito.


Miguel, el motivado: Finalmente tenemos a Miguel.

Enfoca la mayor parte de su tiempo en el presente, y hace lo mejor para maximizar su potencial. Pero una razón por la que es tan efectivo hoy es porque ayer pasó parte de su tiempo haciendo planes. Como resultado, se ha concentrado en su propósito, crece hacia su potencial y está sembrando semillas que beneficien a otros con el flujo positivo de su vida.

Tomado de Maxwell, J. C. 2003; 2003. El mapa para alcanzar el éxito . Thomas Nelson, Inc.


¿Qué esperamos para tomar las riendas de nuestras vidas?
¿Acaso pensamos que si los demás lo hacen por nosotros será mejor?
Luego no te quejes.

Cuando mi trabajo habla de mi.

Después de años de trabajar en Roma, en esculturas de tamaño natural, Miguel Ángel fue a Florencia donde un gran bloque de mármol de Carrara de un blanco espléndido, había sido obtenido para una estatua colosal. En semanas él firmó un acuerdo para completar su interpretación de David para la catedral. Con el contrato en mano, comenzó de inmediato, trabajando con tal energía que a menudo dormía con sus ropas puestas, molestándole el tiempo que tomaba quitárselas y ponérselas de nuevo. Examinó sin faltas y midió a precisión el mármol para ver qué pose podría acomodar. Hizo bosquejos de posibles actitudes y con cuidado, trazó dibujos detallados de modelos. El probó sus ideas a pequeña escala con cera. Cuando al fin quedó satisfecho con su diseño, levantó su cincel y mazo.

Miguel Ángel planeó pintar el techo de la Capilla Sextina con la misma intensidad. Apenas le tomó un mes para desarrollar el tema, luego se lanzó con furor hacia el diseño final, construyendo andamios y contratando ayudantes. Acostándose en ángulos incómodos sobre duras tablas, respirando el sofocante aire que estaba justo debajo de la cripta, el polvo del yeso irritando sus ojos y piel, pasó la mayoría de los siguientes cuatro años, literalmente transpirando en angustia física mientras trabajaba.

La obra de cualquier hombre ya sea literatura, música, pintura, arquitectura o cualquier cosa, siempre es un retrato de si mismo.


La frase para meditar del día.

Componer no es difícil,
lo complicado es dejar caer
bajo la mesa las notas superfluas.
Johannes Brahms