viernes, 16 de septiembre de 2011

Las tragedias

Esta semana pareciera que fue signada por las tragedias. Por una serie de desproligidades, incompetencias, tenacidades, desobediencias;  tuvimos que ver nuevamente como un accidente fatal se lleva  vidas como si nada.

¿Cuántas personas perdieron la vida en este choque entre el micro, el tren y el otro tren?
Las imágenes recorrieron el mundo.
El escalofrío recorrió nuestra piel.

Levantarte temprano, tal vez aún cansado vestirte, alistarte para ir al trabajo, tomar el tren, el colectivo.
Dormirte tal vez unos minutos más en el asiento antes de llegar.

Y no llegar.

El ruido duro y seco, interminable, anunció lo que fue: Una tragedia.
¿No hay palabras, no hay excusas, no hay culpables?

Alguien se quedó esperando el regreso de un ser querido...
Alguien aún sale a la puerta de su casa esperando que aprezca su familiar...
Alguien sigue llorando...
Alguien recien entierra a sus muertos.

Estamos viviendo un tiempo de desesperación, no sabemos esperar.
No sabemos respetar la vida del otro.

La verdad, luego de este terrible accidente pareciera que aparecieran de otros lados otros similares, como si el primero oficiase de disparador... disparador de malas noticias.

Y si... corren como agua, el morbo, la exclusiva del periodismo...

Lo más difícil cuando estás escribiendo este tipo de reflexiones personales y poder darles un cierre.
Qué dificil "cerrar" así nomás un tema... como si la importancia de ñla vida perdida terminara con darle enter a la entrada, o, cambiar de blog.

Difícil.

La frase para meditar del día

La gran victoria que hoy parece fácil fue el resultado de pequeñas victorias que pasaron desapercibidas.





Paulo Coelho

viernes, 16 de septiembre de 2011

Las tragedias

Esta semana pareciera que fue signada por las tragedias. Por una serie de desproligidades, incompetencias, tenacidades, desobediencias;  tuvimos que ver nuevamente como un accidente fatal se lleva  vidas como si nada.

¿Cuántas personas perdieron la vida en este choque entre el micro, el tren y el otro tren?
Las imágenes recorrieron el mundo.
El escalofrío recorrió nuestra piel.

Levantarte temprano, tal vez aún cansado vestirte, alistarte para ir al trabajo, tomar el tren, el colectivo.
Dormirte tal vez unos minutos más en el asiento antes de llegar.

Y no llegar.

El ruido duro y seco, interminable, anunció lo que fue: Una tragedia.
¿No hay palabras, no hay excusas, no hay culpables?

Alguien se quedó esperando el regreso de un ser querido...
Alguien aún sale a la puerta de su casa esperando que aprezca su familiar...
Alguien sigue llorando...
Alguien recien entierra a sus muertos.

Estamos viviendo un tiempo de desesperación, no sabemos esperar.
No sabemos respetar la vida del otro.

La verdad, luego de este terrible accidente pareciera que aparecieran de otros lados otros similares, como si el primero oficiase de disparador... disparador de malas noticias.

Y si... corren como agua, el morbo, la exclusiva del periodismo...

Lo más difícil cuando estás escribiendo este tipo de reflexiones personales y poder darles un cierre.
Qué dificil "cerrar" así nomás un tema... como si la importancia de ñla vida perdida terminara con darle enter a la entrada, o, cambiar de blog.

Difícil.

La frase para meditar del día

La gran victoria que hoy parece fácil fue el resultado de pequeñas victorias que pasaron desapercibidas.





Paulo Coelho