Si no hay café, no hay oficina que funcione!!
No huyas al amor, cobarde!!!
Hoy tuve el grato placer de conocer a la primera cantante de la obra "el Fantasma de la Opera" Claudia Cota, una artista mexicana que no llega a los 30 años. Con una voz lírica impresionante, compartió canciones donde su talento y técnica desaparecían ante su sencillez, una lírica
Los Markovitz era una de las pocas familias judías que vivían en un apacible suburbio de Pensilvania cuyas calles se llenaban de luces navideñas en Diciembre. Ellos en cambio, colocaban una menorá (Candelabro judío de nueve brazos) encendida en una ventana de su casa como recordatorio de que también era el inicio de la Hanuka, una de sus principales fiestas religiosas.
Hoy tuve el grato placer de conocer a la primera cantante de la obra "el Fantasma de la Opera" Claudia Cota, una artista mexicana que no llega a los 30 años. Con una voz lírica impresionante, compartió canciones donde su talento y técnica desaparecían ante su sencillez, una lírica
Los Markovitz era una de las pocas familias judías que vivían en un apacible suburbio de Pensilvania cuyas calles se llenaban de luces navideñas en Diciembre. Ellos en cambio, colocaban una menorá (Candelabro judío de nueve brazos) encendida en una ventana de su casa como recordatorio de que también era el inicio de la Hanuka, una de sus principales fiestas religiosas.