
En una larga conversión, cena mediante, compartíamos la tristeza de estas chicas, lamentablemente solo podíamos decir: si hubiera hecho tal cosa... si no hubiera hecho tal otra etc. Pero todo lo que dijéramos ya no podría revertir la nota de la libreta.
Mucho llanto, hasta desmayos por la tensión acumulada, crisis de nervios, la falta de sueño, los nervios traicioneros, las trasnochadas estudiando hasta seis materias, vueltas de mates interminables y el peligro de "ayudar" al cuerpo tomando alguna gaseosa con aspirinas, o un energizante que los mantenga despiertos.
Me da impotencia y un poco de bronca, porque hay cosas que son evitables. Nuestros adolescentes se siguen doliendo y a veces no lo notamos a tiempo. Seguramente el año que comienza los encontrará con todas las materias bien fresquitas en la cabeza, pero no es ese el punto, un año se ha perdido, no se recupera, no vuele. Solo espero que la amistad que se formó durante este tiempo sirva como soporte espiritual para estas chicas, que sientan la contención, al menos desde nuestra familia. Si un adolescente se te acerca con un problema similar, por favor escuchalo.
Continuará.