martes, 26 de octubre de 2010

Hidrogym, el mejor ejercicio

Los ejercicios aeróbicos acuáticos son una gran manera de trabajar el cuerpo en forma segura.


Si lo que busca es un entrenamiento que le posibilite trabajar su cuerpo con la mayor intensidad y en el menor tiempo posible, pero a la vez evitando las complicaciones de otros tipos de ejercicios, la respuesta está sin duda alguna en los ejercicios aeróbicos acuáticos, o acuaerobics (también llamados hidrogym).


En efecto, los beneficios de ejercitar en el agua son muchos. El ejercicio acuático no sólo mejora la salud cardiovascular, sino que también aumenta la resistencia muscular y la fuerza en general. Además, cómo los ejercicios aeróbicos a menudo se realizan sumergiéndose sólo hasta el pecho, este tipo de ejercicio es bueno tanto para nadadores como para no nadadores. (YOOOOOOO!!!!!)

Quienes hayan tenido problemas realizando ejercicios terrestres, deben saber que el agua brinda la posibilidad de mantener flotando el cuerpo como una forma de apoyo para el mismo, con lo cual es posible que los problemas en músculos, huesos y articulaciones comiencen a eliminarse a medida que se realice el ejercicio acuático.





Conociendo el acuaerobics


Los entrenamientos aeróbicos acuáticos, o hidrogym, incorporan una variedad de movimientos rítmicos del cuerpo y pasos de baile realizados en el agua, y sus programas varían de básico a avanzado.


Al empezar los programas, el participante aprende a combinar los movimientos de brazos y piernas, y a variar estas combinaciones.


Cuando los programas aeróbicos acuáticos llegan a ser más avanzados, suelen incorporar movimientos más complejos de baile y gimnasia. Un ejercicio aeróbico acuático es generalmente dirigido por un instructor, y puede ser realizado con música.


Los ejercicios aeróbicos acuáticos son realizados sumergiendo en el agua tanto la cintura como el pecho, junto con dispositivos de flotación cuando se está en aguas profundas. En algunas clases, se pueden utilizar patas de rana, salvavidas, o boyas.


Un entrenamiento aeróbico acuático típico dura de 40 a 50 minutos, con un tiempo apropiado para el precalentamiento, rutinas de estiramiento, y descansos intermedios.


El principal propósito de estos ejercicios, es mejorar la condición cardiovascular. A causa de la resistencia del agua, el ejercicio acuático puede mejorar también la fuerza y flexibilidad, llevando a lograr mejor resistencia muscular y equilibrio.


La parte inferior del cuerpo es generalmente el punto focal de un entrenamiento aeróbico acuático, ya que es allí donde se localiza la mayor masa muscular.


Las combinaciones y patrones de movimientos con cada pierna varían durante el entrenamiento, y a menudo incluyen patadas, estiramiento dela piernas, saltos, y flexiones de las rodillas. El caminar, marchar, y correr se puede incorporar también como parte del entrenamiento.

Las primeras sesiones de cualquier entrenamiento acuático estarán enfocadas a aprender la posición apropiada del cuerpo, las técnicas de respiración, y los movimientos de que se componen los ejercicios. Cuando se empiezan a dominar estas técnicas, ya se es capaz de aumentar la intensidad del entrenamiento.


Por supuesto, y como con otros programas de ejercicios aeróbicos, la frecuencia, la intensidad y la duración del entrenamiento es clave para medir los beneficios cardiovasculares.
Cuando se realizan ejercicios acuáticos se debe saber que los latidos cardíacos pueden no ser el mejor indicador de la intensidad del entrenamiento, pues varios estudios han demostrado que aquellas personas que hacen ejercicios tanto terrestres como acuáticos, a menudo tienen un ritmo cardiaco menor durante los ejercicios acuáticos, aunque ambos ejercicios les proporcionan los mismos beneficios.


Todos pueden participar y pueden gozar de los entrenamientos acuáticos las personas de todas las edades y estados de salud.
Cuando se sumerge el pecho en agua profunda, cerca del 85 por ciento al 90 por ciento del peso del cuerpo queda flotando. Como resultado, se logra tener una tensión mucho menor en las articulaciones del cuerpo durante el ejercicio, en comparación con un ejercicio similar en tierra.


Esto hace que el ejercicio aeróbico acuático sea una elección ideal no sólo para las personas sanas, sino también para aquellas afectadas por condiciones médicas tales como artritis, problemas de cuello y espalda, trastornos cardíacos, y obesidad.


Asimismo, aquellas personas que pueden tener demasiada vergüenza de su cuerpo como para ejercitar en tierra, también podrán entrenar más cómodamente en el agua.


(leído en la red)

El limpiaparabrisas.

Eran cerca de las once de la noche.
Hacía algunos minutos había dejado a mi novia en su casa.
El alto me tocó en el semáforo de Plásticos Róbelo.
Una persona caminó hacia el vehículo e inmediatamente puse el seguro.
Era un joven con el rostro sucio que blandía en su mano derecha un trapo pretendiendo limpiar el parabrisas... Dije que no sin mucho entusiasmo. El insistió y mi paciencia se agotó, sentí que la sangre se me subía a la cabeza y baje el vidrio de mi ventana y encaré al joven casi gritándole: ¡Ya te dije que no!.
Al fijarme detenidamente en su rostro observé que estaba sucio, pálido y con una expresión de tristeza.
- Con ese trapo tan sucio dije más bien me vas a ensuciar el vidrio, le dije-
Él bajó su cabeza y guardó silencio. La actitud humilde del joven me impactó.

Me sentí incomodo y para tratar de suavizar la situación le dije: - Por qué no te compras una palita limpia vidrios y así das un buen servicio'- 
-  Es que no tengo dinero-  respondió con voz suave que parecía un murmullo.
- Bueno pues ahorra y cómprate uno le respondí-.
 Levantó los ojo y me dijo: - Esta bien señor.
El incidente, quizás por ser algo tan frecuente en nuestra capital, se me olvido.
Pasó el tiempo y una noche, en el mismo semáforo un joven con el cabello al viento y con una sonrisa contagiosa se me acercó alegremente y me preguntó: - ¡Ahora si señor me deja limpiarle el vidrio?

El joven lucía radiante, como si un rayo de felicidad iluminara su vida. Quedé unos instantes impávido, hasta que logré reconocerlo. Era el mismo joven de aquel incidente.
Ahora estaba limpio y blandía en su mano derecha una palita de esa con que limpian vidrios.

-Mire Don, -agregó el joven,-  le hice caso, ahorré y me compré mi limpiador, ahora me va muy bien.
Una carcajada brotó desde mi corazón, era la exhumación de culpa por mi altanería de algunos meses atrás. Por su puesto respondí y el joven de forma eficiente limpió el parabrisas.
Le pagué por sus servicios y el agradeció gentilmente.

En la noche repasé los acontecimientos. Ese joven no tenía recursos ni esperanzas.
Pero la necesidad y la voluntad de salir adelante bastaron para asirse de una posibilidad: cambiar su trapo sucio por un instrumento más eficaz y así mejorar sus ingresos. Se esforzó y lo logró.

¿Cuántas veces, me pregunté, muchos de nosotros con más recursos y más estudio, nos hundimos en el desánimo y caemos en el abandono y negligencia?
Ese joven sencillo , pobre y quizás analfabeta me mostró, con su ejemplo, la luz que muchas veces necesitamos para ver en medio de la oscuridad del desánimo y la desesperación para volver a intentarlo de nuevo, para innovar la fe en nosotros mismos y levantarnos con el éxito, con la victoria.


Autor Desconocido

La frase para meditar del día

martes, 26 de octubre de 2010

Hidrogym, el mejor ejercicio

Los ejercicios aeróbicos acuáticos son una gran manera de trabajar el cuerpo en forma segura.


Si lo que busca es un entrenamiento que le posibilite trabajar su cuerpo con la mayor intensidad y en el menor tiempo posible, pero a la vez evitando las complicaciones de otros tipos de ejercicios, la respuesta está sin duda alguna en los ejercicios aeróbicos acuáticos, o acuaerobics (también llamados hidrogym).


En efecto, los beneficios de ejercitar en el agua son muchos. El ejercicio acuático no sólo mejora la salud cardiovascular, sino que también aumenta la resistencia muscular y la fuerza en general. Además, cómo los ejercicios aeróbicos a menudo se realizan sumergiéndose sólo hasta el pecho, este tipo de ejercicio es bueno tanto para nadadores como para no nadadores. (YOOOOOOO!!!!!)

Quienes hayan tenido problemas realizando ejercicios terrestres, deben saber que el agua brinda la posibilidad de mantener flotando el cuerpo como una forma de apoyo para el mismo, con lo cual es posible que los problemas en músculos, huesos y articulaciones comiencen a eliminarse a medida que se realice el ejercicio acuático.





Conociendo el acuaerobics


Los entrenamientos aeróbicos acuáticos, o hidrogym, incorporan una variedad de movimientos rítmicos del cuerpo y pasos de baile realizados en el agua, y sus programas varían de básico a avanzado.


Al empezar los programas, el participante aprende a combinar los movimientos de brazos y piernas, y a variar estas combinaciones.


Cuando los programas aeróbicos acuáticos llegan a ser más avanzados, suelen incorporar movimientos más complejos de baile y gimnasia. Un ejercicio aeróbico acuático es generalmente dirigido por un instructor, y puede ser realizado con música.


Los ejercicios aeróbicos acuáticos son realizados sumergiendo en el agua tanto la cintura como el pecho, junto con dispositivos de flotación cuando se está en aguas profundas. En algunas clases, se pueden utilizar patas de rana, salvavidas, o boyas.


Un entrenamiento aeróbico acuático típico dura de 40 a 50 minutos, con un tiempo apropiado para el precalentamiento, rutinas de estiramiento, y descansos intermedios.


El principal propósito de estos ejercicios, es mejorar la condición cardiovascular. A causa de la resistencia del agua, el ejercicio acuático puede mejorar también la fuerza y flexibilidad, llevando a lograr mejor resistencia muscular y equilibrio.


La parte inferior del cuerpo es generalmente el punto focal de un entrenamiento aeróbico acuático, ya que es allí donde se localiza la mayor masa muscular.


Las combinaciones y patrones de movimientos con cada pierna varían durante el entrenamiento, y a menudo incluyen patadas, estiramiento dela piernas, saltos, y flexiones de las rodillas. El caminar, marchar, y correr se puede incorporar también como parte del entrenamiento.

Las primeras sesiones de cualquier entrenamiento acuático estarán enfocadas a aprender la posición apropiada del cuerpo, las técnicas de respiración, y los movimientos de que se componen los ejercicios. Cuando se empiezan a dominar estas técnicas, ya se es capaz de aumentar la intensidad del entrenamiento.


Por supuesto, y como con otros programas de ejercicios aeróbicos, la frecuencia, la intensidad y la duración del entrenamiento es clave para medir los beneficios cardiovasculares.
Cuando se realizan ejercicios acuáticos se debe saber que los latidos cardíacos pueden no ser el mejor indicador de la intensidad del entrenamiento, pues varios estudios han demostrado que aquellas personas que hacen ejercicios tanto terrestres como acuáticos, a menudo tienen un ritmo cardiaco menor durante los ejercicios acuáticos, aunque ambos ejercicios les proporcionan los mismos beneficios.


Todos pueden participar y pueden gozar de los entrenamientos acuáticos las personas de todas las edades y estados de salud.
Cuando se sumerge el pecho en agua profunda, cerca del 85 por ciento al 90 por ciento del peso del cuerpo queda flotando. Como resultado, se logra tener una tensión mucho menor en las articulaciones del cuerpo durante el ejercicio, en comparación con un ejercicio similar en tierra.


Esto hace que el ejercicio aeróbico acuático sea una elección ideal no sólo para las personas sanas, sino también para aquellas afectadas por condiciones médicas tales como artritis, problemas de cuello y espalda, trastornos cardíacos, y obesidad.


Asimismo, aquellas personas que pueden tener demasiada vergüenza de su cuerpo como para ejercitar en tierra, también podrán entrenar más cómodamente en el agua.


(leído en la red)

El limpiaparabrisas.

Eran cerca de las once de la noche.
Hacía algunos minutos había dejado a mi novia en su casa.
El alto me tocó en el semáforo de Plásticos Róbelo.
Una persona caminó hacia el vehículo e inmediatamente puse el seguro.
Era un joven con el rostro sucio que blandía en su mano derecha un trapo pretendiendo limpiar el parabrisas... Dije que no sin mucho entusiasmo. El insistió y mi paciencia se agotó, sentí que la sangre se me subía a la cabeza y baje el vidrio de mi ventana y encaré al joven casi gritándole: ¡Ya te dije que no!.
Al fijarme detenidamente en su rostro observé que estaba sucio, pálido y con una expresión de tristeza.
- Con ese trapo tan sucio dije más bien me vas a ensuciar el vidrio, le dije-
Él bajó su cabeza y guardó silencio. La actitud humilde del joven me impactó.

Me sentí incomodo y para tratar de suavizar la situación le dije: - Por qué no te compras una palita limpia vidrios y así das un buen servicio'- 
-  Es que no tengo dinero-  respondió con voz suave que parecía un murmullo.
- Bueno pues ahorra y cómprate uno le respondí-.
 Levantó los ojo y me dijo: - Esta bien señor.
El incidente, quizás por ser algo tan frecuente en nuestra capital, se me olvido.
Pasó el tiempo y una noche, en el mismo semáforo un joven con el cabello al viento y con una sonrisa contagiosa se me acercó alegremente y me preguntó: - ¡Ahora si señor me deja limpiarle el vidrio?

El joven lucía radiante, como si un rayo de felicidad iluminara su vida. Quedé unos instantes impávido, hasta que logré reconocerlo. Era el mismo joven de aquel incidente.
Ahora estaba limpio y blandía en su mano derecha una palita de esa con que limpian vidrios.

-Mire Don, -agregó el joven,-  le hice caso, ahorré y me compré mi limpiador, ahora me va muy bien.
Una carcajada brotó desde mi corazón, era la exhumación de culpa por mi altanería de algunos meses atrás. Por su puesto respondí y el joven de forma eficiente limpió el parabrisas.
Le pagué por sus servicios y el agradeció gentilmente.

En la noche repasé los acontecimientos. Ese joven no tenía recursos ni esperanzas.
Pero la necesidad y la voluntad de salir adelante bastaron para asirse de una posibilidad: cambiar su trapo sucio por un instrumento más eficaz y así mejorar sus ingresos. Se esforzó y lo logró.

¿Cuántas veces, me pregunté, muchos de nosotros con más recursos y más estudio, nos hundimos en el desánimo y caemos en el abandono y negligencia?
Ese joven sencillo , pobre y quizás analfabeta me mostró, con su ejemplo, la luz que muchas veces necesitamos para ver en medio de la oscuridad del desánimo y la desesperación para volver a intentarlo de nuevo, para innovar la fe en nosotros mismos y levantarnos con el éxito, con la victoria.


Autor Desconocido

La frase para meditar del día