viernes, 18 de diciembre de 2009

Endeudarse para celebrar qué?

Nuestra sociedad de consumo nos empuja a adquirir cantidad de cosas que muchas veces no necesitamos. Pero el hecho de tenerlas hace que "pertenezcas" en definitiva a esa sociedad.

El tiempo de las fiestas tiene ese sentido comercial voraz. Pareciera que obligadamente tenemos que adquirir infinidades de regalos, llamense tarjetas de felictaciones, ropa, juguetes, electrónica, como si éstas en sí mismas representaran lo que se supone que estaremos por celebrar.




Difícil, muy difícil, pero no imposible, evadir este consumismo.
Acá una historia.

Una vez había una familia que no era ni rica ni pobre. Vivían en una pequeña casa de campo de Ohio. Una noche se sentaron juntos para cenar y alguien tocó la puerta.

El padre se acercó a abrir.Ahí estaba un hombre viejo con ropa desgarrada, pantalones rotos y sin botones. Cargaba una canasta llena de verduras.

Le preguntó a la familia si querían comprarle algunas. Ellos aceptaron porque querían que se fuera rápido.Con el paso del tiempo, la familia y el hombre viejo se hicieron amigos.
El hombre le traía verduras cada semana a la familia.
Pronto se enteraron de que él era ciego y que tenía cataratas en los ojos.
Pero era tan amigable que aprendieron a esperar ansiosamente sus visitas y a disfrutar de su compañía.
Un día, mientras entregaba las verduras, dijo:
- ¡Ayer tuve la más grande bendición!
Encontré una canasta de ropa afuera de mi casa que alguien me dejó.
La familia, sabiendo que él necesitaba ropa, dijo:
-¡Qué maravilloso!
El hombre viejo y ciego, dijo:-
La parte más maravillosa es que encontré una familia que verdaderamente necesitaba esa ropa.


¿No es maravilloso cuando entendemos lo bueno que es saber recibir para aprender a dar?

-

2 comentarios:

Bacterius Argentum ( Adryán) dijo...

ud con sus historias tirara abajo mi reputacion de nene duro vio, exelente historia

M@bel_es_azul dijo...

Bac: lo importante es seguir siendo un nene de corazón. Me alegro que te haya gustado.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Endeudarse para celebrar qué?

Nuestra sociedad de consumo nos empuja a adquirir cantidad de cosas que muchas veces no necesitamos. Pero el hecho de tenerlas hace que "pertenezcas" en definitiva a esa sociedad.

El tiempo de las fiestas tiene ese sentido comercial voraz. Pareciera que obligadamente tenemos que adquirir infinidades de regalos, llamense tarjetas de felictaciones, ropa, juguetes, electrónica, como si éstas en sí mismas representaran lo que se supone que estaremos por celebrar.




Difícil, muy difícil, pero no imposible, evadir este consumismo.
Acá una historia.

Una vez había una familia que no era ni rica ni pobre. Vivían en una pequeña casa de campo de Ohio. Una noche se sentaron juntos para cenar y alguien tocó la puerta.

El padre se acercó a abrir.Ahí estaba un hombre viejo con ropa desgarrada, pantalones rotos y sin botones. Cargaba una canasta llena de verduras.

Le preguntó a la familia si querían comprarle algunas. Ellos aceptaron porque querían que se fuera rápido.Con el paso del tiempo, la familia y el hombre viejo se hicieron amigos.
El hombre le traía verduras cada semana a la familia.
Pronto se enteraron de que él era ciego y que tenía cataratas en los ojos.
Pero era tan amigable que aprendieron a esperar ansiosamente sus visitas y a disfrutar de su compañía.
Un día, mientras entregaba las verduras, dijo:
- ¡Ayer tuve la más grande bendición!
Encontré una canasta de ropa afuera de mi casa que alguien me dejó.
La familia, sabiendo que él necesitaba ropa, dijo:
-¡Qué maravilloso!
El hombre viejo y ciego, dijo:-
La parte más maravillosa es que encontré una familia que verdaderamente necesitaba esa ropa.


¿No es maravilloso cuando entendemos lo bueno que es saber recibir para aprender a dar?

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2 comentarios:

Bacterius Argentum ( Adryán) dijo...

ud con sus historias tirara abajo mi reputacion de nene duro vio, exelente historia

M@bel_es_azul dijo...

Bac: lo importante es seguir siendo un nene de corazón. Me alegro que te haya gustado.