Solo un paso hacia atrás.

Nadie quiere dar un paso hacia atrás. Por años nos enseñaron que para avanzar en la vida es necesario mirar solamente hacia adelante. No es tan así. Por ejemplo cuando estás terminando de hacer algo de gran tamaño, pintar una pared, o mediano, un cuadro, cuando estas haciendo una maqueta y necesitas ampliar tu margen visual, tenés que dar un paso hacia atrás. Dar un paso hacia atrás no es para cualquiera, no es para todos, es para aquel que se atreve a ver su propia obra, su propio trabajo, su propia vida. Atreverse a modificarla , a corregirla. A veces los que se ve no gusta.

Acá va una ilustración de cómo se ven las cosas desde otro punto, otra perspectiva.

Mirta y Juana, que eran dos viejas amigas, fueron a almorzar a su restaurante favorito. Mirta felicitó a Juana por los recientes matrimonios de su hijo e hija.


-¿Cómo te las arreglaste con todo? -le preguntó Mirta-. Tener dos bodas en el mismo mes debe haber sido muy difícil.


-No lo creas -contestó Juana-. Fue mucha la alegría y el honor de ayudar a mis hijos en sus bodas. Estaba feliz por hacerlo.


-Bueno, dime -quiso saber Mirta-, ¿cómo es tu yerno?


-¡Ah! -suspiró Juana-, es un hombre maravilloso. Permite que mi hija duerma hasta tarde. A veces se levanta a las diez o las once de la mañana. Le dice que vaya al salón de belleza para arreglarse el cabello y las uñas todas las veces que quiera. Incluso insiste en llevarla a cenar fuera todas las noches.


-¡Increíble! -exclamó Mirta-. Es en verdad bendecida. Cuéntame de tu nueva nuera.


-Bueno -resopló Juana-, esa es una historia totalmente diferente. Duerme hasta las diez o las once de la mañana. Gasta todo el dinero de mi hijo en el salón de belleza con el cabello y las uñas. ¿Y puedes creer que insiste en comer fuera todos los días?



Sencillamente, cuestion de perspectivas no?