Llegado el invierno, un labrador encontró una víbora helada de frío. Apiadado de ella, la recogió y la guardó en su pecho. Reanimada por el calor, la víbora, recobró sus sentidos y mató a su bienhechor, el cual, sintiéndose morir, exclamó:
-¡Bien me lo merezco por haberme compadecido de un ser malvado!
4 comentarios:
no era malvada solo era su naturaleza vio
Si, yo pensaba lo mimos al postearlo anoche, pero se entiende que no está dirigido al animal, sino a los humanos traicioneros...
caramba nunca supe leer segundas lecturas vio, ahora que lo dice tiene ud razon
jajaj si, claro, justo vos... daaaaaaaale!!!
Publicar un comentario